Cuando escribo esto
me doy cuenta que en una semana mi segundo hijo estará en mis brazos. Recuerdo
la conjunción de sensaciones que abarrotaban mi ser antes de que llegara el
primero de ellos. Esta ocasión es diferente, me siento mucho más preparado para
recibirlo. Los nervios se han transformado en ansiedad por conocerlo. Los pasos
que hemos dado han sido con mayor seguridad. La experiencia previa ha sido
grata y enriquecedora.
Las interacciones que
hemos tenido ante la instancia de salud han sido nostálgicas. En todo momento
recordamos nuestro paso por ahí cuando el primer parto. Siempre la gestación de
Carlo Damián ha estado presente en este proceso. Es obvio, estamos viviendo
este segundo embarazo como si fuera el primero, sólo que más experimentados.
Sabemos que nuestro
segundo hijo no será como su hermano, al menos hacemos mucho énfasis en las
diferencia naturales que deben tener. Pero esperamos vivir su nacimiento,
formación y crecimiento con el mismo cariño, amor y profundo sentido de
responsabilidad que con el primero. Después de todo somos los mismos padres.
Una familia más unida y fortalecida con el paso del tiempo.