La Directora de la guardería pidió
Disfraces para el festival conmemorativo de la entrada de esa estación del año.
Sugirió el disfraz de algún animalito o florecita para las bebas, algo alusivo
al inicio de Primavera. La cuestioné al respecto, ¿Ya no recordamos al Benemérito de las Américas en las escuelas? Me
contestó afable, Sí, pero también hacemos
un festival infantil donde los niños conviven y conocen la importancia de la
naturaleza en esta época del año.
Fue suficiente información para el que
esto escribe. Mandé hacer sendos trajes. Erika, amiga de mucho tiempo y
excelente costurera, recibió el pedido y diseñó la idea. Sólo pide una
fotografía de lo que ocupas y ella se encarga de confeccionar el disfraz. Como
elemento adicional, me topé con un par de ramas viejas en carretera que harían
las veces de cayados. Un leve retoque de pintura en el rostro y teníamos un par
de ositos adorables.
Pero,
¿Eso es una capucha?
Preguntó la Directora. Es complemento del
atuendo, atiné a contestar. Pues, ¿De
qué vienen disfrazados? Pensé que de ositos, mientras dirigía la mirada al
resto del personal que divertidas, se echaban miradas entre ellas, curiosas
por mi respuesta. Miré en derredor
disfrutando el momento. Son Ewoks, de la
boscosa Luna de Endor, de la película Star Wars, Return of The Jedi, contesté,
mientras observaba cómo a todas se les dibujaba un signo de interrogación en el
rostro.
Un par de días antes, ambos padres
habíamos tomado una sesión de fotos casera para archivar el recuerdo de ese
gratificante festival de primavera. De ahora en adelante mis Príncipes Godos
gozarían de divertidos disfraces homenajeando clásicos.