Tener 2 chavales en
casa ha sido más demandante. Brindarle cuidados a ambos se ha vuelto más
complicado. Tal vez Carlo Damián se ha tornado más voluble por las atenciones
que recibe su hermano menor. Si uno llora corremos el riesgo que despierte al
otro. Le debes cambiar pañal a uno mientras el otro debe hacer tarea. El más
grande inefablemente se vuelve más independiente porque tiene que aprender a
hacer cosas por sí mismo.
Los gustos de uno y
otro en general son los mismos, pero en aspectos particulares pueden ser diferentes.
El grande engulle con mucha pericia las Uvas, tal vez su fruta favorita,
mientras que él pequeño sólo les saca el jugo dejando una machaca de fibra
regada por todo el cuarto. Dante Adolfo ve comida y pide, no importa la hora,
mientras su hermano rehuye a las comidas hasta que le gana el hambre.
Así, tenemos que algunas
tareas no se desarrollan en la misma frecuencia. Sin embargo, se ven unificados
en una serie de reglas impuestas que ambos respetan y cumplen cabalmente. Hemos
buscado la forma de sacarle mayor provecho a las tareas que realizan juntos,
cómo la ducha o la hora de dormir. Cual sea la actividad, está bien remunerada,
verlos descansar después de un día de ajetreo es la mejor recompensa.
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