miércoles, 10 de octubre de 2018

Disney. El viaje.


Pensando en festejar 4to cumpleaños de Carlo Damián, en un viaje familiar, decidimos que conocer el parque de diversiones Disneylandia, era el motivo perfecto. Su mamá dispuso todo. Volamos a Tijuana, pernoctamos con la Muñeca de Oro y al siguiente día cruzamos la frontera conversando divertidamente con el agente de migración quien se mostró muy contento cuando mis viejos le contaron que conocerían a Mickey Mouse, por lo que satisfactoriamente nos concedió el permiso.

La Tía Nena nos recibiría en su casa en San Diego. A la mañana siguiente nos enfilamos por el freeway hasta Anaheim. Amenamente, recorrimos todas esas millas con la esperanza de disfrutar un viaje genial. No más llegar al parque se sentía el buen humor en el ambiente. Al cruzar el umbral rentamos un par de carreolas para el traslado de mis Príncipes Godos. Mediados de octubre, entre adornos de Halloween, el calor otoñal se manifestaba fuertemente, por lo que agua y fruta fueron los víveres que ambos padres dispusimos en mochilas para la ocasión.

Navegamos en lanchas, submarino y naves intergalácticas. Paseamos por diversos trenes y convivimos con mucha gente de todas partes del mundo. Lo más emocionante fue encontrar los parques temáticos de preferencia de mis viejos, como el comando interestelar de Buzz Ligthyear, comprar souvenirs de Star Wars o tomarnos fotografías en los vehículos, estaciones o casas de algunos personajes clásicos. Sin duda, ambos estaban disfrutando la visita y se mostraban gloriosos. No tenía idea de las sorpresas que estaba por vivir junto con ellos.




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