martes, 24 de enero de 2012

Pañales por etapa.

Indiscutiblemente, el departamento de pañales ha sido el más asediado y cumplido por ambos padres. Sin embargo, debo reconocer que durante estos 3 primeros meses nos hemos topado con inestables tarifas traducidas en alza al precio del producto. Así, hemos transcurrido por diversos centros comerciales buscando las mejores ofertas. Incluso cuando no llevamos la intención de adquirir esa mercancía, si nos topamos con algún descuento, no perdemos oportunidad y compramos para tener amplia reserva.

Hace poco hicimos una observación, los pañales de la 2da etapa que usa actualmente nos parecieron pequeños y un poco apretados, la resolución fue pasar a la siguiente etapa para ajustar el tamaño. Me lancé a comprar pañales etapa 3 y en la primera oportunidad nos dimos cuenta de nuestro error, los anteriores le quedan bien y estos nuevos muy grandes. Seguiremos en la etapa 2 un tiempo más hasta descubrir el avance en su tamaño y peso.

Así que en lugar de comprar elevadas cantidades, deberemos comprar de paquete en paquete evitando se acumulen de manera innecesaria cuando se encuentre listo para pasar a la siguiente etapa. Obvia decir que las asesoras en esta materia recomiendan una sola marca para confort del pequeño, según su dicho son los mejores pañales ya que no provocan rozaduras ni otros malestares. Lo que me imposibilita calar otras marcas baratas.

Admito que mi sentido paternal no es tan holgado como aquel señor que un día me topé en un pequeño super. Mientras hacíamos cola para pagar, pidió una charola de cerveza y 3 pañales sueltos. Chulada de padre.







jueves, 19 de enero de 2012

Columpio.


Mi cuñada recomendó el producto. Nos dijo que era muy bueno para mecerlo y mantenerlo relajado. Nos hizo ver su practicidad al momento de guardarlo o trasladarlo. Ella había comprado uno similar pero estático y que solamente vibraba, este otro era una especie de columpio que servía como mecedora. Lo encontramos en el super y ahí vamos con él para la casa.

La instalación no requirió de mucha ciencia. Siguiendo el manual pude armarlo rápidamente. Los resultados, notoriamente benéficos desde el principio. Cuánta razón tenía mi cuñada, su traslado es demasiado práctico, ligero de peso, no ocupa mucho espacio en el carro y cabe donde sea. Carlo Damián lo ha disfrutado bastante y sobre todo nosotros que lo podemos utilizar en cualquier momento.

Contiene una caja musical y un rotor para direccionar la velocidad de sus movimientos mecedores. Aunado a ello, tiene una barra para colgar figuras que sirven de distracción y entretenimiento para el bebé. Pero no todo es brillante gloria, tiene sus pros y sus contras. El precio a pagar por esta rentable comodidad son 4 baterías de tamaño C, de esas redondas. Las primeras duraron bastante, las subsecuentes tandas duran cada vez menos.

Ahora, cada ocasión que salimos, junto con la pañalera cargamos con el famoso columpio. Como la novedad ha pasado a otro término, lleva algunos días sin baterías.


Agua Guerber.

¿Agua para bebé de la marca Guerber? Mientras hacíamos algunas compras me percaté de ese avance en mercadotecnia que en mis tiempos no se acercaba a ser el sueño de ninguna marca especializada en los productos para recién nacidos, porque si bien te iba la tomabas hervida. Extrañé la nostálgica agua de la llave Mochitense. Sin embargo, la actualizada madre me haría ver su importancia “Es baja en sodio, por eso es para bebés”.

Chútate a comprar varios garrafones cada quincena, cuando surtes la alacena. En ocasiones he ido al supermercado por ese cotizado producto explícitamente. La primera vez, compramos solamente 1 para cuando naciera estar preparados. La cantidad ha ido creciendo junto con Carlo Damián y su voraz apetito. Al grado que la última ocasión fueron 10 garrafones porque estaban en oferta.

Al adquirir este producto, ahora básico en mi casa, me encontré con una inconsciente cajera que me pedía pasar 1 por 1 los garrafones de agua. Amablemente le hice ver que el producto era el mismo, que sólo bastaba con pasar el primero y que ella misma contabilizara los que contenía el carrito del mandado. Insistió en pasarlos todos por el escáner. Me negué a su petición y me retiré buscando una caja con alguien de mayor criterio.

Ahora pregunto por el método de cobranza antes de llegar a la caja. Es una mentada de madre chingarte a cargarlos de nuevo al carrito.


Interacción oral.

Así como la música fue una gran recomendación, la doctora también procuró hacernos ver la importancia de hablar con el pequeño y transmitirle nuestros sentimientos de manera oral. Nos explicó como el bebé se torna interesado en los sonidos y a pesar de no comprender el significado de las palabras es incondicionalmente perceptivo al tono que utilizas para dirigirte a él. O sea, un bebé acostumbrado a escuchar la suavidad y ternura de tu voz comprenderá el amor que le tienes.

Debemos recordar que el recién nacido busca seguridad en un mundo nuevo y si bien a penas puede abrir los ojos, no ha agudizado su vista y tardará en distinguir a sus padres de las demás sombras que se le presentan visualmente, por eso la más reconfortante manera será reconocerlos por medio de su más afinado sentido que es el oído. He ahí la importancia de darte el tiempo para hablar con él durante el embarazo.

Intenté leer Narraciones Extraordinarias de Edgar Allan Poe, pero me retracté al recordar que su sangriento estilo no es apto para menores de esta época. Rápidamente busqué mis viejos libros de los hermanos Grimm y aunque también son anticuados en cuanto a la clasificación para menores, preferí conociera las verdaderas historias antes que descubra los censurados y fantasiosos cuentos de Disney. También y gracias a la apertura global pude incrementar mi biblioteca de historias infantiles en internet.

Recomiendo a quien se encuentra por ser padre las mismas técnicas de interacción que durante el embarazo tuvimos con Carlo Damián. Lectura nocturna antes de dormir (que también sirve para que la mamá caiga rendida mientras papá lee) y demostraciones de cariño de viva voz al iniciar y concluir la jornada diaria. Te reconocerá cuando te dirijas a él por primera vez, lo garantizo.


martes, 17 de enero de 2012

My Daddy Rocks.




Rigoletto opera: Delal mia bella… Questa o quella, de Verdi, la primera canción que acerqué al vientre de mi embarazada esposa. Así, diariamente haría sonar música clásica con el mismo propósito, relajar su gestación y agudizar los sentidos de nuestro no nacido hijo. En consulta, la querida “Quinientóloga” nos recomendaría la colección especializada Baby Einstein. Adaptaciones de autores como Bach, Beethoven, Mozart y otros, a canciones de cuna.

Así fue como encontré una colección denominada Babies Go… que incluye adaptaciones de grandes del Rock como Guns N’ Roses, U2, Bob Marley, Pink Floyd y muchos más. En verdad es música que influye en el desarrollo del embarazo y gestación. El mejor hallazgo durante esos increíbles 9 meses. Grandes canciones en un concepto relajante y estimulante para el bebé, pues según información médica permiten incrementar su percepción.

Por eso te recomiendo, futuro padre, evita la música estruendosa y de mal gusto que escuchas y para rematar cantas desafinadamente a diario porque lo puedes alterar repercutiendo incluso en su salud. En su lugar, intenta ahondar en esta experiencia, no requieres ser especialista en música, mucho menos clásica. Sólo recuerda que es por el bien de tu hijo.

Mientras, este consumado Daddy Rocker agradece la oportunidad de haber compartido con Carlo Damián el placer de degustar a GNR por medio de sus clásicos Don’t Cry, Sweet Child, Patience o November Rain.

PD. También existe una colección denominada Babies Lullaby conteniendo éxitos de Metallica, Nirvana, The Cure, Aerosmith y otros que aún no he podido conseguir. Espero pronto.


Grandes Virtudes.

En una ocasión platicaba acerca de la paternidad y la felicidad que ésta acarrea en mi vida con uno de mis grandes amigos, quien a diferencia mía tiene más tiempo en su rol de padre y me confesaba “Espérate a que haga las primeras gracias”. Me conmoví con su propuesta y desde entonces he puesto mayor atención al momento de convivir con Carlo Damián encontrando así, singulares demostraciones de evolución.

Supongo que él se refería a los actos involuntarios de cualquier bebé en su etapa de desarrollo, perceptiblemente analizados por los padres como grandes virtudes. Lo que nos lleva a referirnos acerca de nuestro hijo como “Muy Inteligente”, tal vez queriendo manifestar que se encuentra por encima del promedio. Entiendo que mi viejo tiene muchas habilidades naturales para su edad y otras atribuibles a nuestra labor como padres que destacan en su desenvolvimiento, como todos los niños.

Siempre he creído que los padres, involuntariamente y afectados por el cariño, hacemos vituperio de esas cualidades y las exageramos al por mayor. Recuerdo a mi mamá cuando hablaba de mí como un niño superdotado porque aprendí a leer y escribir antes de entrar a la escuela primaria. Para mi desgracia, sigue resaltando de manera presuntuosa, cada que tiene oportunidad, lo que para ella son grandes logros de su bebé ocasionando momentos embarazosos para el que esto escribe.

No pretendo ser papá Cuervo ni quiero resaltar de manera desmedida “Las Grandes Virtudes de Carlo Damián”, espero haga buen uso del libre albedrío y obtenga las herramientas para enfrentar una vida normal. Después de todo, lo dije desde el embarazo, “Mi hijo es más cabrón que bonito”.


Excelentes tías.

Una ocasión, por motivos laborales, mi esposa tuvo que salir de la ciudad. Para evitar complicaciones derivadas de la torpeza masculina, decidimos sería mejor que una de mis cuñadas, en casa de mi suegra y con ella de apoyo, cuidaran de Carlo Damián. Si bien es cierto, el primer problema fue tomar la decisión de apartarnos del retoño, sorteamos la empresa como una oportunidad para demostrarnos que no somos de esos padres quisquillosos que primero se desprenden la vida antes de separarse del crío.

Así, se quedó dormido en casa de mi suegra cuando nos despedimos de él. La mamá emprendió el viaje y el padre me dispuse a pasar la noche solo, en la amplitud del cuarto nupcial, por primera vez desde que había nacido mi primogénito. Fue difícil conciliar el sueño, me hacía falta mi Príncipe Godo. Ni un solo llanto ni una sola sonrisa. No estaba ahí. Esa noche, no podría cargarlo. Entiendo que debió ser más difícil para ella, pues a distancia, el instinto de madre extrañaría brindarle sus atenciones.

Al siguiente día acudí a casa de mis suegros para darle biberón, cambié su pañal, jugué con él. Mis cuñadas, coincidentemente se encontraban todas en casa, estuvieron pendientes de él en nuestra ausencia. Turnaron las atenciones fervientemente. Son un ejemplo de unidad que me deja boquiabierto. El instinto fraterno en ellas es preponderante, atendieron a mi hijo como si fuera el suyo propio. Cada que tienen oportunidad lo siguen haciendo, todas por igual.

Aquella noche, la más larga desde que nació su sobrino, sufrí de incontenible insomnio. Ahora, si se volviera a ofrecer, a ojos cerrados lo dejo en mano de cada una de ellas. Las quiero mucho cuñadas, son excelentes tías y hermanas.