jueves, 5 de marzo de 2015

Vínculo fraterno.

La mayoría de las actividades en casa giran en torno a la jornada del único niño, o bien, se han modificado respecto de ésta. Así, creemos que el arribo del bebé contemplará cambios bruscos para él. Desde el embarazo se han notado y los ha resentido. Demanda mayor atención, especialmente de su mamá. Preparándonos para lo que puede ser un choque entre mis gallos, seguimos el consejo de su madrina Bere, Qué su hermano le lleve un regalo cuando llegue a casa.

Después de llegar del nosocomio, poco a poco va suavizando la expresión. Seguramente inducido por el cariño y la confianza que Arely le transmite, se acerca para observar más detalladamente. Por un momento tiene al recién nacido en sus brazos, el amor fraterno ilumina su rostro con esa inefable sonrisa. La presencia del extraño ahora es una cálida bienvenida. Cuando la abuela toma a Dante Adolfo, el momento es perfecto y aparece el balón de fútbol. Carlo Damián, mira el regalo que te trajo tu hermano. Le suelto, mientras se lo hago llegar. Admirado, exclama ¡Una pelota papá!.

Sellado el primer encuentro entre mis Príncipes Godos, me resulta emblemático. La primer gráfica de mis hijos juntos luce llena de ternura. Ambos parecen atender el llamado de sangre creando un vínculo fraterno que, encarecidamente espero, los mantendrá unidos el resto de sus días. Ambos, parecen conectarse en armonía. El más grande, absorto, dedica simpatía y complacencia con el más pequeño.

La pelota que el recién llegado le regala a su hermano surtió el efecto esperado. Gracias por el consejo comadre.



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